domingo, 27 de diciembre de 2009

Hay días que es mejor levantarse de la cama


Te echas a la cama y piensas, quiero hibernar hasta que pasen estos días. Días en los que todo te parece mal, estás cabreada o triste la mayor parte del día, no estás donde quieres estar, hay gente que te importa mucho y está fallándote, otros, que no te importan tanto, pero hacen cosas incomprensibles que aunque te deberían dar igual, son la gota que colma el vaso...y pensando en todo esto te quedas dormida.

Claro que llega el día siguiente y con mucho esfuerzo hay que salir de la cama, pensando que va a ser un día igual de malo que el resto y que lo más probable que ni salgas de casa.

Pero un mensaje de un amigo para salir a hacer esas cosillas que has echo durante todo el verano, que ahora tanto añoras y que aunque no tienen nada de especial te ponen de tan buen humor, que tu hermana te diga que hay muchas posibilidades de hacer un viaje que tienes muchas ganas de hacer y pasar la tarde con tus primos, a los que ves menos de lo que quisieras; han hecho que levantarse de la cama haya merecido la pena y mucho.

A veces las cosas pequeñas son las que hacen que un día sea bueno entre los demás que no lo son tanto.